Jesús Rollán Prada nació en Madrid el 4 de Abril de 1968. El loco de Aravaca, como le llamaban cariñosamente sus compañeros, fue un gran aficionado al deporte desde pequeño. Se inició a edades tempranas en la natación en las piscinas del Club Natación Vallehermoso. Sin embargo, ir a entrenar a las instalaciones de su club implicada desplazarse y eso a Jesús le daba mucha pereza. Así que en muchas ocasiones no iba a entrenar y, en su lugar, se quedaba jugando al fútbol o al baloncesto en su Aravaca natal con sus amigos. Una grave lesión en los ligamentos de su rodilla le obliga a replantearse su futuro como deportista y se decanta por el waterpolo, ya que ahí podía combinar la táctica de deportes colectivos con el medio acuático.
Como portero comienza a destacar y rápidamente es convocado por la Escuela de Madrid de waterpolo. Allí, a las órdenes de Mariano García, comienza a despuntar deportivamente junto a los Pedro García, Miki Oca, Salvador Gómez... muchos de los componentes de lo que sería la selección española más potente de la historia. En grupos de cuatro, Mariano García comenzó a ceder a sus jóvenes promesas por los diferentes equipos de Madrid: La Latina, Canoe, Ondarreta, Alcorcón, Boadilla... para que se fueran fogueando. Además, es convocado por la Comunidad de Madrid para disputar el Campeonato de España juvenil, donde tuvo una actuación sobresaliente junto a su compañero Pedro García, que sería nombrado mejor jugador y máximo goleador del torneo.
En 1986, y tras su sobresaliente papel en el Campeonato de España, el Club Natació Catalunya le hace una oferta para incorporarse a su equipo juvenil, ya que en Madrid no había liga de juveniles por entonces. Además, le ofrecían la posibilidad de alojarse en la Blume, la residencia para deportistas de élite, junto a su inseparable Pedro García. Demasiado tentador como para rechazarlo. No en vano, por aquel entonces el Club Natació Catalunya era subcampeón de Liga y la gran alternativa al triunvirato (Club Natació Barcelona, Club Natació Atlétic Barceloneta y Club Natació Montjuic) que se repartía todos los trofeos nacionales disputados.
Los inicios en el Club Natació Catalunya no fueron fáciles. Por un lado se encontró con un club con una estructura casi profesional en la que se entrenaba mañana y tarde. Y por otro, observó que el club ya contaba en su primer equipo con dos porteros contrastados y de nivel, Castellsagué y Subias, que no estaban dispuestos a dejar que aquel juvenil madrileño les quitase el más mínimo protagonismo. Sin embargo, tan sólo hubo que ver en acción a Jesús Rollán en un par de entrenamientos para que rápidamente lo ascendiesen al primer equipo, y un par de partidos para que se convirtiera en titular indiscutible en él.
En Barcelona sorprende por su disciplina y sacrificio en los entrenamientos, convirtiéndose en un referente para los que llegaban por detrás. Incluso llegó a compaginar exitosamente la exigente alta competición con sus no menos complejos estudios de Ingeniero Agrónomo. Con su club comienzan a llegar los éxitos, sumando hasta 7 Ligas españolas y otras tantas Copas del Rey. Además gana 1 Copa de Europa, 1 Recopa de Europa y 2 Supercopas de España. Su fama se dispara y también le llega la primera convocatoria de la selección española y, de nuevo, la historia se repite. Pese a competir con porteros de gran nivel, Jesús Rollán vuelve a hacerse con la titularidad. Pero no sólo eso, sino que en el equipo nacional se convierte, junto a Manel Estiarte, en su líder, apreciado por todos sus técnicos y compañeros, y respetado por sus rivales. Cuando los partidos se volvían más complicados, cuando el equipo parecía hundirse, siempre afloraba la figura de Jesús Rollán para dar seguridad y aplomo a sus compañeros: "Oye chicos, no pasa nada, aquí estoy yo. Tirad para delante y dejadles lanzar que lo voy a parar". Decir eso ante las potentes selecciones de las extintas URSS y Yugoslavia, o las Italia, USA o Hungría, eran palabras mayores. Sus exhibiciones bajo palos son parte de la historia del waterpolo mundial.
A Jesús le llueven los reconocimientos públicos y es nombrado mejor portero del mundo. Con la selección española inicia una década de oro en la que el combinado nacional dominará el waterpolo mundial con puño de hierro: Oro en los JJOO de Atalanta 1996, Plata en los JJOO de Barcelona 1992, Oro en los Mundiales de Perth 1998 y Fukuoka 2001, Plata en los de Perth 1991 y Roma 1994... eso sin contar las veces que la selección se quedó apeada en semifinales.
En 2001 ficha por el Pro Recco genovés, el equipo de waterpolo más laureado del mundo, donde tendrá oportunidad de probarse en una de las ligas más potentes del mundo, en cuanto a calidad y cantidad de equipos. Allí añadirá una Liga italiana, la segunda Copa de Europa y una Supercopa de Europa a su palmarés. Sin embargo las lesiones comienzan a hacer mella a un cuerpo desgastado por tantas batallas en el agua: dos operaciones en las rodillas, varias hernias discales, problemas crónicos en los aductores... Así que en 2003 decide regresar a España para jugar su última temporada en activo en las filas del Club Natació Sabadell, con la idea de preparar la cita olímpica. Un año más tarde, anuncia su retirada a los 35 años tras disputar sus quintos Juegos Olímpicos en Atenas 2004, donde tan sólo pudo jugar un partido. "Desde 1994 mi cuerpo ha comenzado a decir basta. (...) Ha concluido una etapa de mi vida, no puedo más" dijo en su adiós.
Durante todo este tiempo Jesús Rollán fue un icono del deporte español y del waterpolo mundial. Era una persona sencilla, carismática, vital, alegre, extrovertida, de las que se hacen querer y de las que lo dan todo por los demás. Sus propios compañeros lo definían más que como un líder, como el alma del grupo. En 1996, durante un programa de Antena 3 llamado "Telemaratón", los famosos más relevantes del momento iban poniendo artículos personales en subasta para recaudar fondos para ayudar a los niños del Zaire, víctimas de la guerra del Congo. Cada miembro del equipo olímpico de waterpolo donó algún objeto muy personal relacionado con los Juegos Olímpicos. Pues bien, Jesús Rollán, fue más allá y subastó su recién conseguida medalla de oro por 12.000 euros. También participó en otros programas de famosos como "¿Qué Apostamos?" o "Furor". Además fue famoso entre la prensa del corazón porque fue él quien presentó a la infanta Cristina a Iñaki Urdangarín durante los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
Sin embargo, Jesús no supo asimilar su retirada de la alta competición como le ha ocurrido a otros tantos atletas. La vuelta a la vida real se le hizo muy cuesta arriba, demasiado para alguien que había sido tan generoso con los demás y con su país. "El waterpolo es mi vida, yo no sé vivir sin él" solía decir. Verse tan sólo, tan abandonado por la Federación (la Española y la Madrileña le negaron el puesto de ayudante de Mariano García en el CAR de Madrid, algo que le hacía mucha ilusión), por los organismos oficiales (tan sólo fue nombrado embajador de Madrid 2012) y, sobre todo, no tener ninguna formación psicológica específica para afrontar esta etapa, fue demasiado castigo para él. "No es fácil después de 20 años en la alta competición, después de 6-7 horas diarias, pasar página. Somos seres humanos, no máquinas. El tránsito de la vida real a la competitiva es muy complicado, no lo tenemos que olvidar", decía su entrenador Joan Jané. "Todos nos van a recordar por las victorias, pero nadie sabe lo que hemos sufrido", recuerda su amigo y compañero Manel Estiarte.
Rápidamente entró en una espiral de autodestrucción, diagnosticándosele una fuerte depresión y trastorno bipolar, e iniciándose en el consumo de drogas. Problemas que se acrecentaron con el divorció de su mujer y las dificultades que tenía para ver a su hija. Cuando tocó fondo pidió ayuda al Comité Olímpico Español (COE), donde le recomendaron ingresar en un centro de rehabilitación que ellos le costearían. "Era un chico grande grande que estaba asustado. Le vi perdido. Era consciente de su situación" decía Alejandro Blanco, presidente del COE. Allí estaría cinco meses hasta que decidió poner fin a su vida arrojándose por una terraza. Triste final para un gran deportista pero, sobre todo, una buena persona a la que desde este modesto blog queremos mantener en el recuerdo por tantos valores y buenos momentos que nos ha dado.
Si quieres leer su biografía, "Jesús Rollán. Vida y muerte de una leyenda", ya está a tu disposición dentro del programa del #PLEIEF
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