jueves, 3 de marzo de 2022

¿Qué fue de... Bjon Borg?


El sueco Bjon Rune Borg está considerado como uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. Fue el primer tenista que alcanzó el estatus de estrella mundial, sentando las bases del tenis tal y como lo entendemos hoy en día. Con su particular forma de ver y entender el tenis, no sólo revolucionó el juego dentro de las pistas, con su golpeo potente y juego ortodoxo desde el fondo de la pista, sino que también lo hizo fuera de ellas, despertando un interés mediático y publicitario que convirtieron al tenis desde entonces en un deporte de masas. Su imagen, con esa melena rubia, su raqueta de madera y su indumentaria, fue un icono de la época que aparecía en todos los medios de comunicación. Fue el deportista mejor pagado de su época, generando más dinero con eventos fuera del tenis que con los propiamente deportivos.

Nació el 6 de Junio de 1956 en Södertälje, una pequeña localidad de Estocolmo (Suecia). Como muchos jóvenes de su país comenzó a jugar desde muy joven al hockey sobre hielo. Cuando tenía 8 años se hace con su primera raqueta de tenis y, desde entonces, no tuvo ojos para otra cosa que no fuera este deporte. Se lo toma en serio, entrena duro todos los días golpeando la pelota incesantemente contra el portón del garaje de su casa. Incluso, como buen autodidacta, adapta la forma con la que cogía el stick de hockey para diseñar un agarre con el que haría su famoso revés a dos manos. En sus primeros torneos, su ímpetu y extrema competitividad le jugó alguna mala pasada y llegó a ser sancionado 6 meses sin competir por una serie de incidentes durante los partidos. 

Admirador del tenista australiano Rod Laver (único en la historia en ganar un Grand Slam en el mismo año), no sólo se quedó con aspectos de su juego sino que también se fijó en su corrección y concentración en la pista durante los partidos. Cosa que le ayudó mucho a moldear su carácter y a depurar los aspectos negativos de su extrema competitividad. No en vano pasó a la historia por su actitud caballerosa, intachable e imperturbable, pasase lo que pasase en la pista. Actitud que le valió el sobrenombre de "hombre de hielo" en el circuito mundial. 

En 1972, con tan sólo 15 años, realiza su primera gran hazaña en el circuito mundial tras ganar al neozelandés Onny Parun (número 9 mundial) en la Copa Davis, a lo que le añadiría el torneo junior de Wimbledon. Dos años más tarde, en 1974, gana su primer torneo profesional, el Abierto de Auckland (Nueva Zelanda), y su primer título de Grand Slam. En Roland Garros, en una de las finales más espectaculares de la historia, derrotaría al español Manuel Orantes tras remontarle un 0-2 en contra. En 1975, con tan sólo 18 años, repite triunfo en Roland Garros, esta vez frente al argentino Guillermo Vilas por un contundente 3-0. 

En 1976, contra todo pronóstico, cae en cuartos de final de Roland Garros, su única derrota en este torneo, por lo que focaliza sus esfuerzos en ganar el siguiente torneo de Grand Slam: Wimbledon. En Londres, a pesar de ser el cuarto cabeza de serie, pocos confían en sus posibilidades para hacerse con la victoria final. Los analistas creen que, por las características del suelo y las cualidades técnicas del propio jugador, es una competición que no le viene bien. Borg hace oídos sordos al ruido mediático y parte con 2 semanas de antelación a tierras inglesas para ir adaptándose a la hierba. Comienza a superar rondas hasta plantarse, contradiciendo todas las previsiones, en la gran final. Allí destrozará a uno de los mejores y más completos tenistas del momento, el rumano Ilie Nastase, por un contundente 3-0, con el añadido de haber ganado el torneo sin haber perdido ni un sólo set. Un resignado Illie Nastase diría entonces: “Deberían mandar a Bjon Borg a otro planeta. Nosotros jugamos al tenis. Él juega a otra cosa”

En 1977, con 22 años, gana 12 torneos de las 13 finales que disputa. No puede revalidar Roland Garros porque estuvo lesionado las semanas previas, pero sí pudo revalidar su título en Wimbledon, ganando en esta ocasión al estadounidense Jimmy Connors en 5 sets. Ese mismo año, por primera vez, se coloca como el numero 1 del Circuito Mundial. Y sólo tenía 21 años para aquel entonces. 

Los tres siguientes años Borg alcanzaría la madurez en su juego ganando simultanea y consecutivamente Roland Garros y Wimbledon, los dos torneos más antagonistas en el circuito profesional. Proeza que sólo han conseguido igualar el español Rafa Nadal en dos ocasiones, y el suizo Roger Federer, el serbio Novak Djokovic y el australiano Rod Laver en una. 

En 1981 cuando se dispone a buscar su cuarto doblete, las lesiones de frenan su preparación, lo que no le impide volver a ganar su sexto Roland Garros. Sin embargo en Wimbledon, pese a levantar algún partido que parecía que se le escapaba, cae en la final con un joven norteamericano llamado a dominar el tenis mundial en los próximos años: John McEnroe. Ese mismo año volverá a disputar con él la final de otro Grand Slam, el abierto de Estados Unidos, con idéntico resultado. Ese día, decepcionado, abandonó el estadio sin tan siquiera esperar a la entrega de primeros. Sentía que algo estaba cambiando, aunque todavía no sabía qué era. Nunca más volvería a disputar un torneo de Grand Slam.

Poco a poco va apartándose de la primera línea del tenis mundial. Cada vez disputa menos torneos. Se siente "quemado" por múltiples razones: el ritmo de juego había aumentado notablemente, la presión y exposición mediática a la que estaba sometido era insoportable, la presión por ganar, las problemáticas con la ATP y la ITF por el número mínimo de partidos que debería disputar al año para ser cabeza de serie... Todo esto hace que la motivación hacia la práctica del tenis vaya desapareciendo en Bjon Borg. Con 25 años y en plena plenitud de su juego decide retirarse. Seguirá jugando algún torneo fuera de la ATP, con 26 años y seguirá ganando a los mejores jugadores de la ATP, pero su decisión era firme. El que parecía predestinado a ser considerado el mejor jugador de todos los tiempos, el jugador que había cambiado el tenis para siempre, decía adiós. Para él, ganar un torneo de Grand Slam o el propio Grand Slam no tenía gran valor, él jugaba porque le gustaba el tenis y, sobre todo, competir. El día que esa ilusión por competir se tornó en una obligación, lo dejó. 

Tras su retirada siguió jugando algún partido puntual, como exhibiciones por contratos y compromisos publicitarios que tuvo pendientes, pero de forma muy esporádica. Tras retirarse se convirtió en un empresario, creando su propia marca de ropa deportiva. En 1991 la empresa no iba bien y, para hacer frente a las deudas, Bjon Borg decide volver a competir pero los años le pasan factura y sólo consigue ganar un partido en varios torneos a los que acude por invitación. Desesperado, incluso se plantea vender sus trofeos de Grand Slam para recaudar dinero, aunque finalmente y aconsejado por John McEnroe, no lo hace. Actualmente ha superado esa crisis y su empresa goza de buena salud y los productos se venden por todo el mundo.

Su legado es el del primer jugador de la historia al que se le consideró como completo en todas las superficies y en todos los aspectos. Por un lado un físico superlativo, lo que le llevaba a meter un ritmo a los partidos con el que destrozaba a los rivales llegando a todo y haciéndoles correr por toda la pista. Por otro, su juego, especialmente desde el fondo de la pista, a base de potentes golpes y precisos passings shots. No patentó el revés a dos manos pero sí fue el jugador que lo convirtió en un golpe efectivo y letal. También fue pionero a la hora de ser meticuloso con el cuidado y elección de sus raquetas, controlando como afectaba el calor y la humedad a la madera y a los cordajes, a los que les metía una tensión extrema.

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