domingo, 13 de octubre de 2024

¿Sabías que...?

¿Sabías que aún no está claro quien logró coronar por primera vez en la historia el monte Everest?

En 1924 Andrew Irvine y George Mallory, dos alpinistas ingleses, atacaron la cima del monte Everest (8.849 metros) con la esperanza de convertirse en las primeras personas que coronasen la cima más alta de la tierra. Sin embargo, nadie más volvió a saber de ellos, por lo que sigue siendo un enigma si realmente llegaron a coronar antes de perder la vida. 29 años más tarde, en 1953, sí lo lograron el neozelandés Edmund Hillary y el nepalí Tenzing Norgay, convirtiéndose en las primeras personas que lograban coronar el Everest y descender para poder contarlo. 

En 1999, cuando el alpinista estadounidense Conrad Anker se agachó para atarse una de sus botas, descubrió por casualidad el cuerpo de George Mallory a 8.200 metros de altitud. Al examinar su cuerpo se encontraron en él marcas profundas de cuerdas, que podrían indicar una larga caída que fue atrapada por una cuerda enrollada alrededor de su cintura. Además presentaba una grave fractura en su pierna izquierda y llevaba las gafas de sol en su bolsillo, lo que sugiere que el accidente tuvo que ser por la noche. Por su posición, sabemos que no murió en el acto tras golpearse en la caída. Tampoco llevaba encima la imagen de su mujer, que había jurado colocar en la cima nada más coronarla. Este hecho reabrió de nuevo el debate de quién había sido realmente la primera persona en coronar el Everest. La clave está en una cámara Kodak que siempre llevaba consigo Mallory a todas partes y cuyo contenido nos desvelaría si realmente lo lograron antes del fatal desenlace. 

En Septiembre de 2024 tiene lugar otro hallazgo que, de nuevo, aviva el debate sobre quién coronó el Everest por primera vez. Un equipo de National Geographic que se disponía a atacar el Everest por su cara norte, encontró una bota de cuero claveteada, con un pie en su interior y un calcetín que revela las iniciales y el apellido de su dueño "A.C. Irvine". Las primeras teorías apuntan a que sus restos fueron arrastrados montaña abajo por avalanchas y aplastados por el glaciar en movimiento. De momento, la bota y el pie está en manos de la Asociación de Montañismo China-Tíbet y una muestra de su ADN está siendo cotejada junto a la de sus familiares. 

Sin las pruebas que demuestren el paso o no de Mallory e Irvine por la cima del Everest, el misterio más grande de todos los tiempos en el mundo de la escalada seguirá siéndolo. Entre tanto sigue acumulando discusiones encendidas y, sobre todo, el deseo de algún día poder dilucidar a quién le corresponde semejante honor.  

Fotos: National Geographic y Dineroenimagen.com

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