Lydia Valentín, que representa a España en halterofilia, no solo opta a medalla en cada edición de los Juegos Olímpicos en la que participa gracias a su indiscutible fuerza. Ella tiene también como pilar el poder de la mente
Es triple medallista Olímpica (oro en Londres 2012, plata en Pekín 2008 y bronce en Río 2016), dos veces campeona del mundo (2017 y 2018) y cuatro veces campeona de Europa (2014, 2015, 2017 y 2018). Es Lydia Valentín, compite en la categoría de 75 kgs de halterofilia y, a pesar de esta introducción, es de todo menos solo músculo. O solo títulos. De hecho, todo esto es el resultado de dos entrenamientos que Valentín entrelaza: el físico y el mental.
"Yo trabajo con un psicólogo porque la halterofilia es un deporte de fuerza, pero es un deporte muy mental y no puedes enfocarte en otra cosa que no sea el momento de la competición", compartió la campeona española para DAZN. "Lo que marca la diferencia es el estado mental. Como tu mente no esté preparada ese día, como tu mente no diga 'Sí puedo con ello', por mucho físico que tengas o por muy buena técnica que tengas, se ha terminado", explicó Valentín para El Mundo en 2018.
"En grandes competiciones estás entrenando y compitiendo bajo bastante presión y siempre tienes que canalizar esa presión a tu favor y saber cómo gestionarla para que no pueda contigo", prosiguió. Entre estas grandes competiciones están, para ella, los Juegos Olímpicos. Ha ganado tres medallas en tres ediciones diferentes, pero solo una de ellas -el bronce de Río 2016-, la recibió in situ. Tanto la plata de Pekín 2008 como el oro de Londres 2012 fueron medallas que recibió al tiempo, tras la investigación y la condena de otras participantes que dieron positivo por dopaje.
Y para lidiar con ello, también se necesita fuerza mental."No debo obsesionarme con eso porque es algo que no puedo controlar. Lo que sí está en mi mano es entrenar y entrenar", remarcó Lydia Valentín para el diario AS el pasado mes de enero. Ahora, Lydia Valentín está en camino a sus cuartos Juegos Olímpicos, los de Tokio 2020, y ya anunció que serán los últimos de su carrera deportiva.
Aunque no supongan una retirada como tal -porque podría seguir participando en otras competiciones internacionales-, Valentín competirá con los anillos Olímpicos de fondo por última vez en Japón, el próximo verano. "En Tokio se cierra la etapa Olímpica porque cuatro años más de otro ciclo, después de toda una vida entregada al deporte de alto rendimiento, sería excesivo, pero no doy por cerrada mi carrera deportiva cuando terminen los Juegos. En agosto reflexionaré, veré como estoy, cómo ha sido el desgaste y si me encuentro bien y con ganas, ¿Por qué no un Europeo o Mundial?", señaló hace un año.
Si bien es cierto que esta decisión la tomó antes de que el mundo se detuviera y todos los planes tuvieran que cambiar. Antes de la pandemia de la COVID-19. "Sí, insinué que iban a ser mis últimos Juegos”, explicó a El País la atleta, “pero depende de muchos factores". "Ahora no estoy pensando en la retirada. No me pongo fecha. Estoy pensando en mis cuartos Juegos y en que, ahora, falta un año más. El aplazamiento es por una causa mundial, una cuestión humanitaria. Debemos ser solidarios. No se puede ser egoísta. Fue la mejor decisión porque, además, siento que no estábamos preparando los Juegos al nivel que se necesita debido a la preocupación y la incertidumbre. Y para mí es un regalo. Trataré de disfrutar del camino. Una vez terminen los Juegos, ya veré”, continuó en la misma entrevista.
Y ese camino le lleva a Tokio. A sus cuartos Juegos Olímpicos y a la que puede ser su cuarta medalla -y culminar su carrera Olímpica con un pleno de medallas de sus participaciones-.
Fuente: Tokio2020.org
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