Estirar en el calentamiento, ¿sí o no?

Hay bastante debate sobre si es necesario o no realizar estiramientos previos a la actividad física. Lo cierto es que los estiramientos han estado sobredimensionados, sobre todo los tradicionales estáticos y pasivos donde se mantiene el estiramiento de forma prolongada y relajando los músculos implicados.

Este tipo de estiramientos no es que estén contraindicados, ya que movilizar la articulación y estirar el músculo no es negativo. El problema está cuando los realizamos de forma reiterada justo antes de una actividad vigorosa. Al realizar estos estiramientos mantenidos, el músculo se relaja, esto disminuye su tensión pero también su capacidad contráctil, algo no muy conveniente cuando vamos a necesitar pronto una capacidad reactiva rápida y en ocasiones con una carga intensa.

 Quizás no somos muy conscientes pero la simple carrera requiere en el tobillo una capacidad excéntrica intensa y de una contracción concéntrica rápida para aprovechar la energía elástica almacenada y así conseguir una óptima fuerza impulsora; si estiramos en exceso el tríceps sural y todo su tejido conectivo perdemos gran parte de esta capacidad de contracción rápida y más que obtener un beneficio, lo único que vamos a conseguir será no sólo un menor rendimiento sino también una mayor riesgo de lesión debido a la inestabilidad en la articulación. Por ello, justo antes de empezar una actividad física no te pases con los estiramientos pasivos y mantenidos. El objetivo no es relajar sino activar.

En el calentamiento es una buena opción incluir ejercicios de movilidad dinámica, donde se consiga estirar a los principales grupos musculares tónicos, como aductores, flexores de cadera, tensor de la fascia lata y sólo, fundamentales para evitar limitaciones en todo el miembro inferior. Si tu nivel de condición física ya es bueno y tiene control postural, progresa en los estiramientos y comienza a cambiar los antiguos estiramientos pasivos por los dinámicos.