¿Sabías que en la antigua Roma el deporte rey eran las carreras de cuadrigas y que las actuales carreras automovilísticas de velocidad toman cosas suyas?

Aunque seguramente pienses que, para los habitantes de la antigua Roma, no había cosa más emocionante que asistir a las luchas de gladiadores, realmente esto no era así. Las carreras de cuadrigas estaban consideradas como el mayor espectáculo al que se podía asistir en todo el Imperio Romano. Las competiciones se desarrollaban en el circo, un estadio diseñado y construido como un gigantesco hipódromo y en cuyas gradas podían sentarse miles de personas. De entre todos ellos destacaba el Circo Máximo que, con una longitud de 600 metros y un ancho de pista de 120 metros, era con diferencia el más grande de todo el Imperio. Los caballos eran los grandes protagonistas por lo que se cuidaba hasta el más mínimo detalle (raza, entrenamiento, fortaleza, colocación en la cuadriga) para optimizar su rendimiento. Los aurigas, que eran sometidos a un exhaustivo entrenamiento desde edades muy precoces, gozaban de una fama directamente proporcional al peligro al que se exponían cada vez que tenían que competir. Muchos de ellos perdían la vida cuando apenas rondaban los 20 años. Al igual que ocurre en nuestros días, las cuadrigas se organizaban en cuatro facciones o equipos: rojos, blancos, verdes y azules. El público tenía su facción favorita, a la que animaba incesantemente, sobre todo si había apostado dinero por su victoria.
Cuando, a principios del siglo XX comenzaron a organizarse las primeras carreras automovilísticas internacionales, para que el espectador pudiese diferenciar unos equipos de otros desde la grada, decidieron adoptar unos colores característicos. Y, curiosamente, los primeros colores adoptados fueron los mismos cuatro que dieron pie a las facciones romanas: Italia adoptó el rojo (color que siguen manteniendo como referencia marcas como Ferrari, Ducati, Alfa Romeo...), el Reino Unido adoptó el verde (color que sigue manteniendo Jaguar, Aston Martin, Lotus, Cooper...), Francia adoptó el azul (color que sigue manteniendo como referencia Alpine, Ligier, Bugatti...) y Alemania el blanco (color de referencia de Porche, Audi, Mercedes, BMW). A partir de mediados del siglo XX, con la llegada de la publicidad a las carrocerías, algunos equipos fueron introduciendo modificaciones a estos colores tan identificativos. Sin embargo, pese a todo ello, la mayoría de las marcas, siguen respetándolo, especialmente en Italia.
📷Muy interesante
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