lunes, 5 de febrero de 2024

Heráldica deportiva: Celtic de Glasgow

El Celtic de Glasgow es un equipo profesional escocés de fútbol. Sus seguidores son conocidos popularmente como "The bhoys" (palabra con la que se identificaban a sí mismos los emigrantes irlandeses que habían emigrado a otros países) o "The hoops" (por las rayas horizontales blancas y verdes de su uniforme), no solo es uno de los gigantes del fútbol escocés sino que también es uno de los equipos históricos del fútbol mundial. Ser del Celtic es más que alentar a un club de fútbol porque su historia le lleva a estar profundamente vinculado a movimientos sociales, políticos y religiosos. El trébol de cuatro hojas que hay en su escudo -y que sustituyó a la cruz celta-, no es casual, pues es uno de los emblemas más representativos de Irlanda. Simboliza a aquellos emigrantes  y colonos irlandeses que, durante la época de la gran hambruna, allá por el siglo XIX, emigraron a Inglaterra, Escocia y las colonias británicas de ultramar en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Pero no todos logaron su propósito, sobre todo los que emigraron a Escocia e Inglaterra, porque muchos sufrieron el rechazo y la discriminación de la población autóctona, lo que les convirtió en la nueva clase baja

En Glasgow, los emigrantes irlandeses se establecieron sobre todo en la zona del East End que, en aquel momento, pasaba por ser una de las zonas más deprimidas y marginales de todo el Reino Unido. Hacinados, y víctimas de múltiples enfermedades, llegan a concentrar la mayor densidad de población de toda Europa, pero los problemas no terminaron ahí. La población autóctona, lejos de ayudarles, intentará aprovecharse de sus necesidades ofreciéndoles los peores puestos de trabajo, en unas condiciones que rozaban la esclavitud y con unos sueldos muy bajos. Y es que el emigrante irlandés, por lo general, provenía del mundo rural, carecía de estudios y no tenía cualificación alguna. Este detalle no pasó desapercibido para la iglesia protestante que sí se interesa por su situación, pero más por el hecho de engrosar su lista de fieles que el de prestar ayuda humanitaria a la población más necesitada.

En medio de este panorama desolador, emerge con fuerza la figura de Andrew Kerins, un hermano marista irlandés que había sido destinado a Glasgow hacia 1870. El Hermano Walfrid, que así se hacía llamar, sabía de primera mano las penurias que los colonos irlandeses habían pasado en su Irlanda natal porque a él también le tocó vivirlas de primera mano durante su juventud. Desde su posición, primero de maestro y luego como director de escuelas católicas de Glasgow, dedicó su vida no sólo a educar a los jóvenes de estos barrios marginales, sino también a alimentarlos y vestirlos. Logra desarrollar campañas en las que se consigue que los niños pobres tengan al menos una comida caliente al día, pero no es suficiente. La pobreza seguía creciendo sin remisión, y la iglesia presbiteriana entorpece las campañas de la iglesia católica, tal y como hacía habitualmente en Irlanda. Su modus operandi era siempre el mismo, enviar misioneros a las zonas más deprimidas para aprovecharse del hartazgo y la desesperación de los colonos más necesitados, ponerlos en contra de los católicos, y captarlos para su fe. Y mal no les iba porque, además de evangelizar la zona, toda las disensiones internas del presbiterianismo quedaron olvidadas en un segundo plano. Al mismo tiempo, gran parte de la sociedad escocesa, que en su mayoría profesaba el protestantismo, empieza a mostrarse molesta con la masiva llegada de colonos católicos irlandeses. Aparece un sentimiento de anticatolicismo en la sociedad escocesa que se verá reflejado en una creciente presencia de la Orden de Orange, una fraternidad protestante de carácter muy conservador. Lo que no había conseguido el protestantismo escocés en siglos, lo había conseguido en un par de décadas el catolicismo, unirlos en un sólo frente anticatólico.

En 1887 el Hibernians, un equipo de Edimburgo creado por el padre Edward Hannan y en el que sólo podían jugar católicos irlandeses, ganó la Copa de Escocia, el trofeo más importante y deseado por entonces. Su hazaña es celebrada por todos los irlandeses en Escocia. Al Hermano Walfrid le marcó mucho el hecho de que los irlandeses de Glasgow celebrasen aquel triunfo como algo suyo y, sobre todo, como aquel hecho asilado había traído algo de alegría a sus vidas. En el acto de entrega del trofeo, celebrado en Glasgow, son los propios directivos del Hibernians quienes animan a los irlandeses de Glasgow para que creen su propio club. El Hermano Walfrid, encantado con la idea, recoge el guante y crea el Celtic de Glasgow en 1888. Con ello buscaba que los irlandeses de Glasgow tuviesen una identidad propia, con un símbolo alejado de la iglesia, y que reforzase el sentimiento de orgullo irlandés. A diferencia del Hibernians, el Celtic no pretendía ser exclusivo de la comunidad irlandesa. De hecho, escoge su nombre porque la cultura celta era un nexo de unión entre irlandeses y la población de Escocia. "Lo que cuenta no es su nacionalidad o su religión. Lo que cuenta es el hombre en sí mismo", afirmaba Willie Maley, primer entrenador de la historia del Celtic.

@Andy Buchanan

El nuevo club es un éxito total, tanto a nivel deportivo como a nivel humanitario. Porque además de ejercer como elemento de cohesión e identidad para los emigrantes irlandeses, también acoge e integra en sus filas a gente de otras clases sociales y confesiones religiosas. Con lo recaudado en las entradas de los partidos consiguen dinero para proseguir con sus campañas de ayuda a las familias más necesitadas del East End, sobre todo a la hora de que no faltase entre los más jóvenes un plato de comida caliente. A diferencia de otros clubes de la época, donde ya se veían los albores del profesionalismo, el Celtic tenía jugadores amateurs. También será un elemento muy importante a la hora de combatir el alcoholismo, adicción que crecía a pasos agigantados en los barrios más marginales, y la delincuencia. Pero, sobre todo, fue un símbolo de esperanza cuando todo lo que le rodeaba era miseria y desesperación.

Con su aparición serían varios clubes los que se disputarían la supremacía del fútbol en Glasgow: Celtic, Rangers, Partick Thistle, Queen´s Park... El caso del Rangers es muy llamativo porque era un club creado, una década antes que el Celtic, sin ningún tipo de pretensión identitaria ni ideológica. Simplemente respondía a los deseos de un grupo de jóvenes escoceses del West End por jugar al fútbol. Con el tiempo, el gran crecimiento deportivo y social experimentado por el Celtic, despertó el recelo del protestantismo más rancio, sobre todo el de la sectaria Orden de Orange. Ésta, que contaba con varios miembros en la directiva del Rangers, fue radicalizando su posición hasta el punto de no contratar ni jugadores ni empleados católicos durante la mayor parte de su historia. 

@The Scotsman

A partir de ahí la rivalidad se radicaliza en ambos bandos, yendo más allá de lo deportivo. Ser hincha del Celtic, por lo general, implica ser de izquierdas, católico, y estar a favor de la independencia de Escocia. Y ser del Rangers es todo lo contrario, un perfil más conservador, profesar el protestantismo y estar a favor de la permanencia de Escocia dentro del Reino Unido. Así surge el Old Firm, el que para muchos es el derbi deportivo más importante del mundo. Toma su nombre de un enfrentamiento entre Celtic y Rangers en 1909. Ambas directivas, enfrentadas en lo deportivo pero muy afines en lo empresarial, acordaron un biscotto entre ambos equipos para así forzar otro partido de desempate (aún no se había inventado la prórroga, ni los desempates a penaltis) y generar más taquilla. Se cuenta que los hinchas, tras ver que los jugadores de ambos equipos no tenían mucho interés en atacar y lanzar a puerta, invadieron el campo y arrasaron las taquillas como señal de protesta. 

Desde entonces la rivalidad entre ambos clubes es una constante. Y lo más curioso es que en un derbi entre ellos, dos equipos escoceses, no verás en las gradas ninguna bandera con la cruz de San Andrés. Sólo verás banderas irlandesas en un fondo y de la Union Jack en el otro. Y, para evitar incidentes, los partidos se celebran siempre a mediodía, intentando que el alcohol aumente los enfrentamientos entre ambas aficiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario