Coral Astrid Bistuer Ruiz nació el 16 de Noviembre de 1966 en Madrid (España). Sus inicios en el taekwondo, como sucede en muchos casos, fueron por pura casualidad. Cuando apenas contaba con 15 años, comenzó a acompañar a su hermano al gimnasio en donde entrenaba. Allí esperaba pacientemente hasta que finalizase el entrenamiento para luego regresar juntos a casa. Un día, presa de la curiosidad y el aburrimiento de las largas esperas, se detuvo un rato a observar qué es lo que hacían en las clases de taekwondo que tanto le gustaban a su hermano. Y lo cierto es aquello le llamó la atención porque decidió probar con aquel arte marcial que acabaría convirtiéndose, con el paso del tiempo, en su gran pasión. Poco le importó que, por aquel entonces, casi no hubiera mujeres practicándolo. Tenía muy claro que aquello le gustaba. Tanto, que ya nunca volvió a ser la que tenía que esperar a que su hermano acabase de entrenar para regresar a casa juntos. A partir de ese momento, sería su hermano el que tendría que esperar por ella, ya que apuraba las sesiones hasta el último minuto.
Desde las primeras sesiones Coral muestra una habilidad innata para asimilar y ejecutar las complejas destrezas y habilidades de esta actividad física milenaria. Tanta que, con tan sólo 16 años, compite y ya gana a taekwondistas que llevan toda su vida compitiendo. Primero queda Campeona de Castilla (por entonces no existían las Comunidades Autónomas), luego de España, y con tan sólo 17 años ya es Campeona de Europa, palabras mayores. Título que mantendrá durante 10 años, dominando el taekwondo europeo con una insultante superioridad sobre sus rivales. Todo esto con el añadido de ser una de las primeras taekwondistas de la historia, un grupo de mujeres cuyo mérito, más allá de lo deportivo, es haber abierto un camino sin referentes femeninos en los que mirarse. Luego, detrás suya, vendrían las Elizabeth Delgado, Isabel Yagüe...
En 1987 se proclama Campeona del Mundo en Barcelona, con tan sólo 22 años. Su nombre comienza a ser habitual en los medios deportivos españoles y, ese mismo año, recibe el Premio Reina Sofía, que la reconoce como la mejor deportista española del momento. En 1988 debuta en unos Juegos Olímpicos, los de Seúl, y pese a ser una de las grandes favoritas se tiene que conformar con la medalla de bronce. En 1991 gana la plata en el Mundial de Atenas y, en 1992, gana la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Esta medalla es a la que más valor le da, no sólo por ser en una cita olímpica, sino por las circunstancias en las que tuvo que competir. Durante su primer combate tuvo una rotura de fibras importante en el músculo tibial, lo que le obligó a modificar por completo su técnica y táctica de combate sobre la marcha.
En 1992 anuncia su retirada, no sin antes ganar el oro en los Campeonatos del Mundo Universitarios en México. Tenía tan sólo 27 años pero acusaba el desgaste físico y psicológico de una intensa carrera deportiva en la que su nivel de autoexigencia siempre era máximo. Los reconocimientos no tardan en llegarle. En 1992 le otorgan la Medalla de Honor en oro de la Unión Europea de Taekwondo. Y en 1994 es galardona con la medalla de oro del Real Orden del Mérito Deportivo, la segunda distinción del deporte más alta que se otorga en España.
En 1996 anuncia su intención de volver a competir tras anunciar el Comité Olímpico Internacional que el Taekwondo iba a ser incluido en el programa oficial de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 (hasta entonces sólo había sido incluido como deporte de exhibición). Retomar su nivel con los entrenamientos fue algo que le costó mucho. Como pierde su primer combate en el Campeonato de España, decide ir por los pueblos de España buscando personas que le reten en combate, como novedoso método de entrenamiento. En 1998 vuelve a quedar Campeona de España pero, cuando parece que tiene la Copa del Rey en el bote, una inoportuna lesión durante la final le obliga a retirarse y no puede acudir al Campeonato de Europa. Sí acude al Campeonato del Mundo y gana el bronce.
En 1998 se retira definitivamente y se comienza a aparecer en muchos programas de televisión. Participa en el reality "La isla de los famosos", presenta el programa de artes marciales "Cinturón negro"... También inicia su labor de empresaria, creando varios clubes y dando clases de taekwondo en Madrid. A la par, saca el título de árbitro de taekwondo, lo que le ha granjeado más de una enemistad. Coral siempre se ha mostrado muy imparcial a la hora de juzgar combates, no aceptando intromisiones en sus decisiones ni de federaciones ni de otros organismos políticos, cosa que ha molestado mucho y que le ha terminado de apartar de la primera línea del arbitraje mundial. En el Mundial de Manila 1995, junto a otros cuatro árbitros, fue encerrada en una sala para obligarles a cambiar una puntuación atendiendo a intereses políticos. Como era de esperar, Coral se negó.
Se ha postulado como una pionera a la hora de sacar a los deportes minoritarios de ese mal endémico que es el abandono institucional. Tomó parte activa de una corriente crítica con su federación, acusándola de depender de las ayudas estatales y de no buscar un plan alternativo de patrocinio o de autofinanciación. Además, se mostró especialmente beligerante con los planteamientos deportivos de base actuales, en los que cree que priman los resultados sobre el disfrute del joven deportista.
También ha sido una de las pioneras en promover la defensa personal entre las mujeres para combatir el maltrato y las agresiones sexuales. "Lo que hay que transmitir a las mujeres es que nos podemos defender y que es muy necesario que nuestras niñas empiecen a aprender a defenderse desde pequeñitas. No podemos tener niñas miedosas ni asustadas. No es sólo saber defenderme para que no me atraquen, sino tener una actitud ante la vida, una seguridad a la hora de pedir un trabajo o a la hora de mantener una relación… Una manera diferente de encarar la vida. Desgraciadamente, cuando a una mujer la maltratan, tendemos a apartarla para que el maltratador no la encuentre, pero al fin y al cabo la apartamos. Cuanto más sepamos defendernos las mujeres, más seguras estemos de nosotras mismas y más nos lo creamos, entonces empezaremos a terminar de raíz con el problema del maltrato. Hay que empezar con que las hijas sean niñas valientes para que luego sean madres valientes".
En 2021 desempeñó el cargo de Directora General de Deportes de la Comunidad de Madrid. Pero, tras nueve meses en el cargo fue cesada por el gobierno de Isabel Díaz-Ayuso tras chocar con algún compañero por no plegarse a las "políticas" de partido. También participa en actos solidarios como por ejemplo a la hora de hacer visible la dislexia. Ella la ha sufrido desde pequeña y hasta bien mayor no le fue debidamente diagnosticada. "Yo no sabía cuál era la derecha o la izquierda de mis contrincantes. En la final de la Olimpiada del 92, en la que gané el oro, mi entrenador me dice: 'Coral, es muy importante que cuando ella tenga la pierna derecha detrás, tú, aunque te duela la tuya, tienes que bla, bla, bla»'. Y le respondo: «¿Pero cuál es su derecha? porque yo soy disléxica y nunca he sabido cuál es la derecha y la izquierda del otro». Y me dice: «¿Pero no has tenido otro momento para decirme que eras disléxica? Su pierna derecha es la que tiene la marquita de Adidas".
Su palmarés abarca 2 medallas olímpicas (oro y bronce), 1 Campeonato del Mundo, 5 de Europa y 9 de España. Además es cinturón negro 7º dan de taekwondo.
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