Luis Aragonés (1938-2014) fue uno de los mejores jugadores y entrenadores que ha dado España a lo largo de su historia. Amado y criticado por su fuerte carácter, cogió una selección de capa caída y construyó la base del equipo que dominó con mano de hierro el fútbol mundial durante un lustro. Como a tantos otros, los reconocimientos no le llegaron en vida. Tuvo que morir para que mucha gente se diese cuenta del valor real de su legado.
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