Esta es la historia del futbolista Álex Miguez Soto, el primer niño de toda España en disfrutar de la licencia PDA, y el único hasta el momento, contada por su madre
“Me gusta el fútbol porque es un juego muy chuli. Es el que más me gusta, y nos ayuda a conocer otros niños. Disfruto mucho, muchísimo, jugando al fútbol, y si no pudiera hacerlo estaría aburrido porque me mola muchísimo”, acentúa, con la voz rebosante de entusiasmo, Álex Míguez Soto (Vigo, 2009), el primer niño de toda España en disfrutar de la licencia PDA (Persona Discapacitada Autorizada). Y el único hasta el momento.
Esta licencia permite a niños con diferentes discapacidades entrenar y jugar en una categoría inferior a la que les correspondería por su edad para beneficiar su desarrollo e integración, y Álex, orgulloso jugador de uno de los equipos del colegio Montecastelo, de Vigo, la disfruta desde octubre de 2019. “Sonríe más, mucho más. Va muy bien académicamente, juega, habla, dialoga más”, arranca Patricia Soto (Vigo, 1977), su madre: “Esta licencia le ha ayudado mucho a abrirse, a comunicarse y a relacionarse, tanto con sus compañeros, que le quieren mucho, como con adultos, y a dejar de ser el niño agresivo que era”.
“Le encanta el fútbol, tanto jugarlo como verlo, y tanto le dan los equipos, si son niños o niñas o si son mayores o pequeños. Es su ilusión. Su obsesión. Lo vive, y todo esto le ha dado vida. El fútbol le ha permitido encajar en la sociedad, y ha sido muy importante porque, sino, no sé con qué otra cosa podría haberlo hecho”, reconoce Patricia, convencida del carácter inequívocamente democrático del fútbol y del potencial de este deporte para contribuir en los procesos de socialización y para abrir caminos que más tarde recorre la sociedad.
Y añade: “¿Por qué no va a poder jugar al fútbol Álex? ¿Por qué tiene que ser y tienen que tratarlo como si fuera distinto a los demás niños? Es un niño normal. Sí, tiene una pequeña minusvalía psíquica, pero es un niño normal. Como cualquier otro. ¿Por qué no se le puede tratar como tal? Igual no es un futuro Leo Messi o Iago Aspas, pero es un niño que, para él, va a ser como ellos o como Cristiano Ronaldo. Nunca va a llegar a serlo, pero va a intentarlo, y jugando se siente como ellos”.
“¿Por qué le tienen que cerrar puertas de tan joven? Ya tendrá tiempo de encontrarse ante puertas cerradas, de sufrir fracasos en la vida. Porque los va a sufrir como los hemos sufrido todos. Todos hemos fracasado alguna vez. A mi me han cerrado muchas puertas, y me han puesto millones de barreras, de muros, de excusas. Lo he pasado muy mal con mis hijos, porque Álex es mellizo de otro niño que también tiene una discapacidad, y he tenido que luchar muchísimo para sacarlos adelante. Nadie sabe el trabajo que implica”, suspira Soto entre lágrimas; emocionada, ahora feliz, tanto como el mismo Álex.
“Lo pasamos tan mal, tan, tan, tan, mal, en el cole anterior, tan mal, que ahora ver lo contento y lo alegre que va al cole es algo increíble. Lo pasamos muy mal. Le hacían bullying. Y me costó mucho dar este paso porque tenía mucho miedo de que le volviera a tocar pasar por lo mismo que sufrimos en el otro cole. Tanto por los niños como, también, por los adultos, pero el colegio lo ha aceptado muy bien. Y todo esto nos produce una alegría inmensa, un orgullo. Álex no es consciente de la magnitud de la situación, de lo que le han concedido, y me gustaría que pudiera comprenderlo, pero para mi es un orgullo. Y ahora espero que esto no sea un caso aislado, sino que sirva como ejemplo, como referencia y como inspiración para muchos niños y para muchas familias. Que abra puertas en el fútbol. En otros deportes. Y en la vida. Que sea la primera piedra de algo más grande”, reconoce.
Con el objetivo de que muchos más niños de todo el país se beneficien de la licencia PDA, la Federación Gallega de Fútbol, pionera en la creación de este tipo de licencias, la Fundación del Celta de Vigo y Promoesport, la agencia de representación, entre otros, de Iago Aspas, han iniciado una campaña solidaria este enero para crear consciencia y dar visibilidad a estas licencias en España y para combatir el desconocimiento que existe al respecto de esta herramienta, tanto en el resto de federaciones autonómicas como entre la sociedad. Para que, según remarca Soto, “cuando se pueda volver a jugar al fútbol la puerta esté abierta para seguir luchando. Para seguir luchando no. ¿Por qué luchando? Para continuar disfrutando. El niño lo que tiene que hacer es disfrutar de su pasión, que no deja de ser un chaval de once años. ¿Luchar ya en la vida con once años? Ya tendrá tiempo de sobras para luchar. Ahora lo que tiene que hacer, lo que tienen que hacer todos los niños como Álex, es disfrutar”.
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