Aránzazu Isabel María Sánchez Vicario, conocida deportivamente como Arantxa Sánchez Vicario, nació el 18 de diciembre de 1971 en Barcelona. Fue la menor de cuatro hermanos, que crecieron muy vinculados al mundo del tenis. No en vano, sus hermanos mayores, Emilio y Javier, fueron también destacados profesionales de este deporte. A los 4 años cogió su primera raqueta y, ya desde sus inicios, mostró un talento innato y un gran desparpajo para el tenis. Su gran proyección le lleva a que, con sólo 14 años, se pase al profesionalismo. No tarda mucho en convertirse en una jugadora muy incómoda para sus rivales por su garra compitiendo y calidad, lo que le lleva a dar más de una sorpresa ante cabezas de serie en grandes torneos. "Cuanta más presión sentía por ganar y más público tenía respaldándome, más arriba me venía. ¡En esas situaciones me crecía muchísimo!" comenta Arantxa. En Estados Unidos, el prestigioso comentarista Bud Collins la bautiza como "el abejorro de Barcelona" porque decía que derrotaba a sus rivales clavándoles el agujón. Pero no sería el único apelativo porque también "los franceses me apodaron El Cocodrilo, porque me colocaba al fondo de la pista, observaba, gestionaba y ejecutaba. Al final, yo creo que mi fuerza en la pista era la suma de todo: de mi juventud, de mi hambre de victorias, de mi carácter, de mi esfuerzo, de mi trabajo, de no darme nunca por vencida..."
Cuando cuenta con tan sólo 16 años acude a los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 como única representante femenina del tenis español. "Creo que entonces era tan joven que no fui plenamente consciente de la responsabilidad que conlleva estar en unos Juegos representando a tu país. Fue una experiencia inolvidable". Dos años más tarde, a punto de obtener la mayoría de edad, ya se cuela en el top 10 de la WTA (el circuito profesional femenino), al tiempo que se hace con su primer torneo de Grand Slam, tras derrotar contra todo pronóstico a la alemana Steffi Graf (la intratable número 1 del mundo por entonces) en la final de Roland Garros. En 1994, con 23 años, disputó su mejor temporada como profesional donde conquistó 2 Grand Slam (su segundo Roland Garros y su primer Open USA) y 6 torneos Master 1000. Además, lograría colocarse como número 1 del mundo tanto en individuales como en dobles, hecho que sólo han logrado hacer 4 tenistas más en la historia.
En 2002 se retiró con 29 títulos individuales (3 Grand Slam) y 69 en dobles (6 Grand Slam), además de conseguir 2 platas y 2 bronces olímpicos. Durante 11 temporadas estuvo en el Top 10 de tenistas individuales (12 semanas como número 1 del mundo) y durante 10 estuvo en el Top 10 de dobles (111 semanas como número 1). También ganó con España 5 veces la Copa Federación, siendo la tenista que ostenta el mayor número de victorias en la historia de esta competición (72 en 100 partidos). En 2004 descuelga la raqueta y comienza a competir de nuevo -sólo en dobles- con la mente puesta en sus quintos Juegos Olímpicos, los de Atlanta 2004. Sin embargo, los años y la inactividad le pasan factura y, formando pareja con la valenciana Anabel Medina, caen en primera ronda ante las argentinas Paola Suárez y Patricia Tarabini, quienes acabarían consiguiendo el bronce.
Su reconocimiento como deportista de élite llegó con la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo (1994), a la que seguirían el premio Príncipe de Asturias de los Deportes (1998) y la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo (2001). Tras su retirada definitiva del tenis, su vida personal ha sido una constante sucesión de problemas personales, legales y económicos. Se casó dos veces y se divorció en ambas ocasiones. Acusó a su familia por haberle controlado en exceso su vida y su dinero, estimado en más de 45 millones de euros. Incluso llevó a su padre a los juzgados bajo acusación de apropiación indebida y administración desleal de su matrimonio. También tuvo problemas con Hacienda ya que, pese a trasladar su residencia a Andorra por temas fiscales, no se informó bien sobre los pasos legales a dar y en 2011 tuvo que pagar una multa de varios millones de euros por los impagos cometidos entre 1989 y 1993. "Yo me dedicaba exclusivamente a jugar al tenis. Sabía que ganaba dinero, pero depositaba toda mi confianza en otras personas para que se ocuparan de esos temas. No tenía motivos para desconfiar. Ahora sí que sé perfectamente lo que tengo" .Esta situación prácticamente la dejó en la ruina y tuvo que recurrir a un crédito con el Banco de Luxemburgo que les reclamó 7,5 millones de euros a ella y a su marido por entonces. Tras llegar a un acuerdo con la entidad financiera, todos los meses debe de pagar la mitad de lo que gana dando clases de tenis para solventar su deuda.
Actualmente la tenista vive en Miami (EEUU) con sus dos hijos.
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