Rafael Pascual Cortés (Madrid, 16/03/1970) está considerado como el mejor jugador español de voleibol de la historia, y uno de los mejores opuestos de todos los tiempos. Con él, el voleibol español alcanzó unas cotas de popularidad y de participación nunca vistas hasta la fecha en este deporte.
Como en muchas otras figuras del deporte su infancia estuvo repleta de múltiples y variadas experiencias deportivas: balonmano, hockey, atletismo, voleibol... Todo menos fútbol, deporte que nunca le gustó. Con 11 años ingresa en el Centro de Iniciación Técnica de voleibol, creado por el Consejo Superior de Deportes en Madrid, para captar talentos para un deporte que por entonces no gozaba de muchos adeptos. "¿Qué es eso del volei?" le dijo su padre cuando Rafa le dijo qué deporte iba a practicar. "No sé que es eso del voleibol. Pero, si lo haces, sé el mejor" le dijo su padre. Y vaya si lo hizo, porque siempre fue muy perfeccionista, cumpliendo con lo que debía hacer, y no cesando en su empeño hasta haber logrado el objetivo..
En 1985, con 15 años, firma con el Salesianos Atocha de Madrid, con el que pasará 3 años iniciándose en la alta competición nacional. Pero llega un momento en el que el nivel del equipo se le queda pequeño y fichará en 1988 por la Asociación Cultural y Deportiva Bomberos de Barcelona. Allí cubrirá un nuevo ciclo de tres años en los que donde proseguirá su crecimiento, mostrándose como una de las mayores promesas del voleibol europeo. En 1991 ficha por el potente Son Amar Palma, su primer equipo español con aspiraciones serias al título, donde Rafa ya dejará atrás el rol de promesa para convertirse en el mejor jugador español por aquel entonces. En 1992 se marcha al Club Voleibol Almería, donde liderará un equipo que, pese a su enorme aportación, sólo consiguió ser subcampeón de Liga y Copa del Rey.
En 1993 recibe la oferta de uno de los equipos más fuertes de la A-2 italiana (la segunda división de la liga más potente del mundo). Acepta el reto y los dos años siguientes jugará en las filas del modesto Banca Di SS - F.O.S S.Antioco, con el que lograría el ascenso a la potente A-1. Además sería nombrado máximo anotador y mejor extranjero de la liga en su primer año en la A-2, y máximo anotador en la A-1 en el siguiente. Rafa se estaba convirtiendo en un jugador importante en la mejor liga del mundo y los grandes equipos europeos comenzaban a llamar a su puerta, algo insólito para un jugador español.
En 1995 ficha por uno de los mejores equipos europeos del momento, el TNT Alpitur Cuneo. En sus cinco años en el equipo transalpino Rafa será el máximo anotador de la Liga en tres ocasiones, mejor extranjero de la Liga otras tres veces y mejor jugador de la Liga Italiana, la más potente del mundo, en una ocasión. Se proclama campeón de la Recopa de Europa en dos ocasiones, consigue una Supercopa de Europa, una Copa CEV europea y una Copa de Italia. También en 1996 es nombrado mejor jugador del mundo (algo que ningún otro jugador español ha conseguido hasta la fecha) y en 1998 mejor jugador del Mundial de Voleibol de Japón (primer y único jugador en la historia que es galardonado con este premio sin haber disputado la final). Su comunión con los aficionados del equipo italiano -que lo idolatran como en ninguna otra parte- fue tal que, en el último partido de la temporada 1997-98, la grada guardó un minuto de silencio durante el partido para presionar a la directiva en la renovación de Rafa. Es más, es el día de hoy en el que si Rafa se presenta en un pabellón de voleibol italiano y no es de extrañar si paran el partido para ovacionarlo.
En el año 2000 rechaza ofertas para seguir en la liga italiana y se muda a la liga japonesa, donde jugará una temporada en las filas del Panasonic Osaka. Tras el mundial de 1998 celebrado en el país nipón, Rafa se había convertido en un fenómeno de masas (llegó a protagonizar el cartel publicitario del torneo) y no podía salir a la calle sin escolta policial para protegerle de sus fans. Allí rompió todos los records pero su separación matrimonial precipitó su regreso a Italia para estar junto a sus dos primeros hijos. Allí se enroló en las filas del modesto ICOM Latina, con el que pelearía por la permanencia, algo a lo que no estaba acostumbrado a hacer. En Marzo de 2002, se marcha al Stade Potevin Poitiers francés, con el que disputaría únicamente los partidos de final de temporada. Allí engrosaría su palmarés con una Copa de Francia.
Tras rematar la temporada con el Poitiers, a mediados de 2002 surge un problema con Rafa Pascual y la Federación Española de Voleibol. Rafa tenía un acuerdo con el Playeros de San Juan puertorriqueño pero, a la vez, tenía unos partidos con la selección española. Hubo un conflicto de intereses ya que, por un lado la Federación se negaba a darle el transfer a Rafa para que jugase en otro sitio cuando tenía partido con España, y por otro el equipo puertorriqueño le exigía a Rafa que renunciase a defender a España en la Liga Mundial. Al final se recondujo la situación gracias a que Rafa fue inscrito para la Liga Mundial y podría jugar con ella si surgían contratiempos (acabaría jugando algún partido decisivo, como en Holanda).
Con él al frente, España pasó a ser una selección de nivel medio-bajo a proclamarse Campeona de Europa en Moscú 2007. Con el combinado nacional debutó con tan solo 18 años y sumó un total de 537 internacionalidades, lo que le convierte en el segundo deportista español con mayor número de citas internacionales a su espalda (sólo le supera el waterpolista Manel Estiarte con 580 presencias). Siempre destacó por su amor a la selección a la que acudía constantemente aunque era consciente de que "no hay dinero. Ahí juegas por tu deporte, por tu camiseta, por tu país, por tu gente". Su tirón con la selección con él al frente consigue meter a 15.000 personas en el Pabellón de Vistalegre, algo inédito hasta la fecha en el voleibol.
Fue un jugador muy técnico, con una gran condición física y con una fuerza mental enorme. El siempre decía que nunca había perdido un partido, que a él le ganaban.
Sorprendentemente, en el momento de su retirada, no recibió ningún homenaje. Sin embargo, en países como Italia y Japón, sigue siendo un ídolo y su sólo presencia en un pabellón desata la locura entre los aficionados. Concretamente, en Japón llegó a cobrar 100.000 € sólo por llevar unas zapatillas y 1.000 € por entrevista o foto.
Fue un jugador muy técnico, con una gran condición física y con una fuerza mental enorme. El siempre decía que nunca había perdido un partido, que a él le ganaban.
Sorprendentemente, en el momento de su retirada, no recibió ningún homenaje. Sin embargo, en países como Italia y Japón, sigue siendo un ídolo y su sólo presencia en un pabellón desata la locura entre los aficionados. Concretamente, en Japón llegó a cobrar 100.000 € sólo por llevar unas zapatillas y 1.000 € por entrevista o foto.
Por su carrera fue galardonado por el Consejo Superior de Deportes con la medalla de oro (1999) y de plata (1996) del Real Orden del Mérito Deportivo. También recibió el premio al Mejor Jugador del Mundial en el año 1998
Tras su retirada, y a petición de la también ex-deportista Theresa Zabell, fue responsable durante dos años del Área de Deportes en la candidatura olímpica de Madrid 2020. También estuvo metido en inversiones inmobiliarias e incluso montó un negocio de hostelería en Palma de Mallorca, que no dio el resultado esperado. En 2017 intentó hacerse con la presidencia de la Federación Española de Voleibol pero fue derrotado en las elecciones.
Hoy en día es uno de los socios que regenta uno de los locales de la cadena asturiana de marisquerías La Chalana, en su Madrid natal.
Hoy en día es uno de los socios que regenta uno de los locales de la cadena asturiana de marisquerías La Chalana, en su Madrid natal.
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