"Si tratásemos de respirar con normalidad en la cima del Everest, la cantidad de oxígeno que llegaría a nuestros pulmones sería similar a la que obtendríamos a nivel de mar inspirando a través de una pajita. Los fisiólogos, durante mucho tiempo, consideraron imposible que alguien lo pudiese soportar. Y, de hecho, nadie lo haría si no fuese por los procesos previos de aclimatación a los que se somete el escalador, que consisten en subir un poco, dormir en los campos de altura (se suelen instalar entre 3 y 5, nombrados de menor a mayor altitud) que permitirán ir acostumbrando al cuerpo a alturas cada vez mayores. A pesar de todo, la saturación de oxígeno en sangre arterial en la cima del Everest, sin respirar oxígeno embotellado, está en el límite de los fisiológicamente soportable por el ser humano. Si ese mismo valor fuese diagnosticado en un hospital, se haría ingresar a esa persona de urgencia y en estado crítico en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Son, por tanto, pocos los que pueden aguantar tales condiciones límite."
JORGE EGOCHEAGA
Uno de los mejores alpinistas del mundo. Primer asturiano en completar los 14 cimas más altas de la tierra.
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